Como emergida desde una semipenumbra, enseguida nos llega la voz de Tom incitando a “empujar la noche”, y es ahí mismo cuando empieza a descubrirse una profunda conexión entre la propuesta lírica y el despliegue estético conceptual que irá teniendo toda la sesión. Las progresiones armónicas instalan un clima de introspección y sensibilidad muy agudas, in crescendo, al igual que la aparición participativa de cada integrante.
Es destacable la decisión de narrar el desarrollo a través de un plano secuencia (al igual que en la anterior sesión) permitiendo con esto justamente una mayor inmersión en el viaje sonoro, sin cortes de edición, en un todo continuo.
Sobre la mitad de la primera canción, “Vamos”, aparece por primera vez en plano Fuser (batería), quien, junto a Quillo, instalan definitivamente en el aire toda esa intensidad que venía sobrevolando desde el comienzo. Se asienta junto a ello una nueva luminosidad, en la medida perfecta para lo que se pondrá en juego cuando Igna invite a bailar “en medio de la noche tropical”. La canción cuenta con la participación especial de Shirly Pinsky en trompetas.
Culmina así, con este segundo volumen, la sesión en vivo con la que la banda empieza a despedir “Multitud”, abriendo el terreno para lo que se vendrá en la constante búsqueda creativa de Todo el verano.
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